viernes, 15 de enero de 2010

COMO PUEDE LA EXISTENCIA DEL INFIERNO COMPAGINARSE

COMO PUEDE LA EXISTENCIA DEL INFIERNO COMPAGINARSE
CON EL AMOR Y LA MISERICORDIA DIVINA?
¿Cómo puede un Dios de Ternura, de Bondad y de Misericordia -se preguntan hoy día no pocas personas, turbadas, casi escandalizadas- atormentar con fuego eterno a sus propios hijos en el infierno? Y dando vueltas y vueltas al asunto, concluyen: si hay infierno, Dios no puede ser Amor, pero, como "Dios es Amor" - lo afirma San Juan - no puede existir un infierno, y menos un infierno eterno. Pero tampoco esta conclusión precipitada les da paz. No ignoran cuan frecuentemente el Divino Maestro habló del infierno... Nace así un drama de conciencia que unos resuelven callándose sobre el infierno, casi avergonzados que tal dogma de fe pueda existir; otros, relegándolo como una espina, en el rincón más oculto de su corazón; otros, aún, combatiéndolo abiertamente. Saquemos de una vez para siempre esta llaga a la luz para curarla definitivamente. Porque nuestra fe no tiene nada de qué avergonzarse. Ni es Dios un torturador, ni contradice el infierno su Amor. El infierno es más bien, por contradictorio e increíble que parezca, la expresión más señalada del Amor divino. Porque es a la vez su precio, su riesgo y, si este Amor es despreciado, su tormento y dolor.