viernes, 15 de enero de 2010

COMO PUEDE LA EXISTENCIA DEL INFIERNO COMPAGINARSE

COMO PUEDE LA EXISTENCIA DEL INFIERNO COMPAGINARSE
CON EL AMOR Y LA MISERICORDIA DIVINA?
¿Cómo puede un Dios de Ternura, de Bondad y de Misericordia -se preguntan hoy día no pocas personas, turbadas, casi escandalizadas- atormentar con fuego eterno a sus propios hijos en el infierno? Y dando vueltas y vueltas al asunto, concluyen: si hay infierno, Dios no puede ser Amor, pero, como "Dios es Amor" - lo afirma San Juan - no puede existir un infierno, y menos un infierno eterno. Pero tampoco esta conclusión precipitada les da paz. No ignoran cuan frecuentemente el Divino Maestro habló del infierno... Nace así un drama de conciencia que unos resuelven callándose sobre el infierno, casi avergonzados que tal dogma de fe pueda existir; otros, relegándolo como una espina, en el rincón más oculto de su corazón; otros, aún, combatiéndolo abiertamente. Saquemos de una vez para siempre esta llaga a la luz para curarla definitivamente. Porque nuestra fe no tiene nada de qué avergonzarse. Ni es Dios un torturador, ni contradice el infierno su Amor. El infierno es más bien, por contradictorio e increíble que parezca, la expresión más señalada del Amor divino. Porque es a la vez su precio, su riesgo y, si este Amor es despreciado, su tormento y dolor.

QUE NOS DICE LA BIBLIA A PROPÓSITO DEL INFIERNO?

QUE NOS DICE LA BIBLIA A PROPÓSITO DEL INFIERNO?

La existencia del infierno parece contradecir la amorosa paternidad de Dios. ¿Nos soluciona la Biblia ese problema? Respuesta: ¡Sí! Dándonos todos los elementos aclaradores:

a) EL HOMBRE HA SIDO CREADO SOBERANAMENTE LIBRE: "Dios, leemos en Eclesiástico 15, al crear al hombre, LO DEJÓ EN MANOS DE SU PROPIO ALBEDRÍO". Es decir, con la potestad, de obrar según su propio gusto y voluntad, sin sujeción alguna. Este privilegio implica que somos plenamente responsables de nuestros actos, y de las CONSECUENCIAS de estos: "Mira", nos dice Dios en Deuteronomio 30, "Yo pongo hoy ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. Si amas a tu Dios, sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, VIVIRÁS y tu Dios te BENDECIRÁ en la tierra que vas a poseer. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar PERECERÉIS SIN REMEDIO".
b) EN VIRTUD DE SU JUSTICIA DIOS ESTÁ OBLIGADO A DAR A CADA UNO LO QUE MERECE, como San Pablo advierte a los Romanos en el capítulo 2: "Dios ha de pagar a cada uno según sus obras: dando la vida eterna a los que perseveran en las buenas obras, y derramando su indignación sobre los que abrazan la injusticia".

c) NO FUE DIOS QUIEN QUISO EL INFIERNO NI DEBEN LAS TORTURAS DEL INFIERNO ATRIBUIRSE A ÉL: "Dios es bondadoso en todas sus acciones, es cariñoso con todas sus criaturas", reza el Salmo 144. El infierno tiene su origen en la rebelión de los ángeles, que allí se escondieron de Dios, alejándose de las alas de su Ternura. De este suceso dejó Isaías 14 una descripción dramática: "¡Cómo caíste del Cielo, oh Lucifer... Tú que decías en tu corazón: Subiré al Cielo, en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y seré semejante al Altísimo.. Es el hombre mismo, quien, separándose del Amor divino y fraterno, queda envuelto, por su propia culpa, en el hielo de la maldad y del odio. Y son los demonios, a quienes el hombre con cuerpo y alma se ha entregado, los que lo torturarán por toda la eternidad: "Por envidia del diablo entró la muerte al mundo, y la experimentan los que le pertenecen" nos avisa Sabiduría 2. ¿Culparemos a Dios por la triste suerte de quien se aleja de Él? ¿Culparemos al padre de la parábola del "hijo pródigo" si éste hijo nunca hubiese vuelto a la casa paterna? ¡Libre es el hombre par amar o para odiar! ¡Para quedarse en la casa del Padre o preferir el alimento de los "cerdos"! Pero está ampliamente avisado: Si elige el mal y muere en esta rebelión, los demonios tendrán todo el derecho de llevárselo. Y ¡que no venga después con lamentos! Fue ampliamente avisado.

¿QUÉ ENSEÑA LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA SOBRE EL INFIERNO?

¿QUÉ ENSEÑA LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA SOBRE EL INFIERNO?
a) La Iglesia ha canonizada a sor Faustina Kowalska, religiosa polaca que promovió la devoción a la divina misericordia. a pesar de esa confianza ilimitada que tenía en la misericordia de Dios, narra una experiencia mística personal en torno al infierno, que merece ser transcrita, aunque, como toda revelación privada, no es materia de fe sino que se ajusta a lo que la Iglesia concibe de la condenación eterna, y nos pueden servir a todos para reflexionar en algo que solemos olvidar con facilidad:

"Hoy, relata Sor Faustina, he estado en los abismos del infierno, conducida por un ángel. Es un lugar de tormentos, ¡qué espantosamente grande es su extensión! Los tipos de tormentos que he visto:
el primer tormento que constituye el infierno, es la pérdida de Dios;
el segundo tormento, el continuo remordimiento de conciencia;
el tercer tormento, que aquel destino no cambiará jamás;
el cuarto tormento, es el fuego que penetra al alma, es un tormento terrible, un fuego puramente espiritual, incendiado por la indignación divina;
el quinto tormento, es la oscuridad permanente, un horrible y sofocante olor; y a pesar de la oscuridad los demonios y las almas condenadas se ven mutuamente y ven todos el mal de los demás y el suyo;
el sexto tormento, es la compañía continua de Satanás;
el séptimo tormento, es una desesperación tremenda, el odio a Dios, las imprecaciones, las maldiciones, las blasfemias.
Estos son los tormentos que todos los condenados padecen juntos, pero hay tormentos particulares, que son los tormentos de los sentidos.
Que el pecador lo sepa: con el sentido que peca, con ese será atormentado por toda la eternidad. Lo escribo por orden de Dios para que ningún alma se excuse diciendo que el infierno no existe o que nadie estuvo allí, ni sabe cómo es.
Yo, Sor Faustina, doy testimonio de que el infierno existe y que la mayor parte de las almas, que allí están, son las que no creían que el infierno existiera”.
Y Sor Faustina concluye:
Cuando volví en mí no pude reponerme del espanto: qué terriblemente sufren allí las almas. Por eso ruego con ardor por la conversión de los pecadores e invoco incesantemente la misericordia de Dios para ellos. Oh Jesús mío, prefiero agonizar en los más grandes tormentos, que ofenderte con el menor pecado".
b) LA TRADICIÓN INSISTE EN EL GRAVE DEBER DE PREDICAR EL INFIERNO:
"¿No es mejor sentir un breve ardor a causa de nuestros sermones, se pregunta San Juan Crisóstomo, que arder en llamas eternas?". "Descendamos en vida" aconseja San Bernardo "con nuestra mente al infierno para que no descendamos en la muerte." "Todas estas cosas", explica San Gregorio Magno, se dicen para que nadie pueda excusarse basado en su ignorancia que únicamente cabría si se hubiera hablado con ambigüedad sobre el suplicio eterno".

EL INFIERNO ES EL PRECIO Y EL RIESGO DEL AMOR

EL INFIERNO ES EL PRECIO Y EL RIESGO DEL AMOR
Lloraba, lloraba desconsoladamente, no tanto por nosotros sino por Dios mismo, porque, siendo Amor, es rechazado, despreciado y pisoteado por sus propios hijos. Lloraba como un niño, sin avergonzarse de sus lágrimas, el Santo Cura de Ars, comentando aquellas terribles palabras de Cristo, el cual, después de haber perseguido, buscado, suplicado toda una vida como Buen Pastor y Amor Crucificado al ingrato pecador, debe finalmente, en la hora de su muerte, darse por vencido ante el fracaso y la impotencia de su Misericordia, y habiéndose convertido en Juez, pronunciar, obligado por su Justicia, estas terribles y definitivas palabras: "¡Apartaos de Mí, malditos!"
Y no dejó de llorar el Santo con profundos sollozos, que dejaban a sus oyentes consternados y sobrecogidos, hasta que subieron a sus labios temblorosos aquellas palabras: "¡Malditos por Dios!... ¡Qué desgracia más espantosa!... Dense cuenta, hijitos míos: ¡Malditos por Dios que sólo sabe bendecir, que sólo es Amor!... ¡Malditos por Dios, la Bondad en persona!... ¡Malditos sin posibilidad ya de perdón!... ¡Para siempre!..." Y durante más de un cuarto de hora no cesó de llorar y de repetir: "¡Malditos por Dios!... ¡Qué desgracia! ¡Qué desgracia!" "No es Dios" - continuó diciendo el santo - "Él que nos condena al infierno, hijos míos, somos nosotros, con nuestros pecados. Los condenados no acusan a Dios, sino a sí mismos: "He perdido, he destrozado mi alma y mi Cielo por mi culpa, por mi grandísima culpa"... Nadie ha sido jamás condenado por haber cometido demasiada maldad, mas por no haber querido humillarse y echarse, como la Magdalena, a los pies de Jesús, el Salvador, que a nadie jamás rechazó"...
Cabe, sin embargo, la pregunta: ¿por qué entonces creó Dios al hombre tan tremendamente libre, tan gran señor de su propia voluntad, que ni por su Creador puede ser forzada ni violentada, bajo pena de que, al instante, se convierta en un pobre muñeco incapaz ya de amar? La respuesta es sencilla y, a la vez, sublime: ¡porque Dios quiso que el hombre fuese hijo suyo, y no un robot! ¡Que fuese un ser infinitamente más grande que las demás criaturas; “alguien”, y no "algo", capaz de calentar y de alegrar su tan sensible Corazón de Padre; de sorprenderle con esas "pequeñeces" que hacen, también entre los humanos, las grandezas del Amor, y como rivalizar con Él en generosidad, cariño y ternura. En una palabra, capaz de colmar la sed infinita de amar y de ser amado que devora las entrañas de este “Dios-que-es-Amor”.
Y porque Dios ansiaba todo esto, con la impaciencia y la ilusión del amor, se atrevió a crear al hombre como una persona, como Él es persona - es decir, como un ser por quien pudiera ser comprendido y amado; un ser ¡"casi igual" a ÉI", ¡Que no nos espanten estas palabras! ¿Acaso no leemos en Génesis 1: "Creó pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios le creó"? ¿No exclama el Salmo 8: "¿El hombre, Señor? ... ¡Lo hiciste poco inferior a los dioses, de gloria y de honor lo coronaste"? ¿No enseña San Pablo en 1 Corintios 6,17: "el que se une al Señor, se hace un sólo espíritu con Él"? ¿Y no comentó audazmente el gran Santo Tomás de Aquino: "Es característico del amor ir transformando al amante en el amado. Por lo cual, si amamos a Dios, nos divinizamos"? Y habiendo creado al hombre conforme a lo que le es más amado y resplandeciente, es decir, "los rasgos de su Hijo Unigénito", ¡Dios se enamoró del hombre!
Pero ay, tanta belleza y honor tuvieron su precio altísimo "¿Qué soy yo para Ti, oh Dios?", pregunta San Agustín, "que me mandas amarte y que, si no lo hago, te enojas conmigo y me amenazas con ingentes infortunios? ¿No es ya suficiente infortunio el hecho de no amarte?"… Palabras maravillosas, a las cuales Dios podría replicar: "¡Oh hombre! ¡Tu grandeza está en tu poder de amar! ¡Tu amor es tu encanto y tu peso! Puedes amar a las otras criaturas, decirles un tú y un yo llenos de sentido. Y puedes amarme a Mí y decirme un Tú y un yo.,. ¡y un "sí" que te abra de par en par las puertas de mi Cielo, o, ¡ay!, también un "no", con el cual te precipitarías fuera del alcance de Mi Corazón para siempre! “

“¡Perdóname, hijo mío! Queriendo convertirte en mi amante, tuve que darte la posibilidad de que me traicionaras. Queriendo abrirte las puertas del Cielo, tuve que entreabrirte las del infierno. Queriéndote desbordante de felicidad, tuve que correr el riesgo de hacerte infeliz.” “Porque si tú no fueras tan libre, no podrías ser mi hijo. Si no fueras tan responsable, no podría premiarte un día con tan altos gozos y sorpresas. Y si no fueras tan inmensamente grande y semejante a Mí, Yo no podría amarte tanto. Sí hijo mío, los rayos de sol entre nosotros, siempre proyectarán la sombra del infierno. Pero que esta sombra jamás nuble ni oculte para ti, el Sol de mi Amor. Ámame, como Yo te amo. Para que al final de tu vida pueda darte la paga y el jornal del amor, que es recibir más amor… hasta llegar a la plenitud del mismo amor. ¡Porque amor sólo con amor se paga!

El Purgatorio

El Purgatorio

Tambien dicen las Escrituras que todos verán a Jesús en la Parusía: "Entonces ... lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria ... y [sus ángeles] juntarán a sus escogidos..." (Mateo 24:30-31). De 2 Tesalonicenses 1: 6-10 se entiende sin lugar a dudas que la hora de la lamentación de "todas las tribus de la tierra" ¡es la mismísima hora del arrebatamiento y del gozo de los creyentes!

Por otra parte, los que creen que el Rapto le evitara a los Cristianos la Tribulacion les dire que las tribulaciones de los cristianos son los sufrimientos y persecuciones que ellos deben soportar por su testimonio de Cristo, son su corona y su gloria. La mayoría de las 45 veces que el término griego “thlipsis” (traducido generalmente "tribulación") aparece en el Nuevo Testamento, se refiere a los creyentes. Algunos ejemplos: "En el mundo tendréis aflicción [thlipsis]..." (Juan 16:33); "Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios" (Hechos 14:22); "nos gloriamos en las tribulaciones" (Romanos 5:3; ver 8:35-39; 12:12); "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo ... el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos consolar también nosotros a los que están en cualquier tribulación..." (2 Corintios 1:4); "nos gloriamos ... por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis" (2 Tesalonicenses 1:4); "Estos son los que han salido de la gran tribulación..." (Apocalipsis 7:14). Juan se identifica con los cristianos perseguidos a quienes dirige su libro, y se declara su "copartícipe .... en la tribulación" (Apocalipsis 1:9).

La Iglesia debe permanecer hasta el fin del mundo, para dar testimonio de Cristo a todas las naciones (Mateo 28:18-20). Nuestro Señor no oró para que la Iglesia fuese arrebatada antes del fin, sino para que el Padre la guardase del Maligno (Juan 17:15, Biblia de Jerusalén). Creyentes e incrédulos permanecerán juntos hasta el Día del Señor, cuando ocurrirá la gran separación: "Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla, pero recoged el trigo en mi granero" (Mateo 13:30).
¿Si Stalin se hubiera convertido y arrepentido antes de morir si tendría posibilidades de ir al cielo?
la salvación de CRISTO en la cruz es para todo aquel que se convierte y se arrepiente de corazón y él me repostaba que eso no era justicia, como Stalin después de tantos crímenes y tato dolor creados por el se podía ganar el cielo igual que la madre Teresa, que DIOS era justicia y que evidentemente eso no lo era. Yo le expliqué como en la parábola de los viñadores (San Mateo 20 1-16) Jesús dice que le pagara igual a los que llegaron a trabajar de último, que a los primero y él con mucha lógica me contestaba que en el caso hipotético de Fidel Castro, el no había trabajado en la viña, pues no había hecho la voluntad del SEÑOR hasta el último momento. Ante toda esa confusión le di gracias al SEÑOR por la sabiduría de la iglesia Católica que iluminada por el ESPÍRITU SANTO tiene como parte de su Doctrina el Purgatorio y le explique:

1.. Purgatorio es un lugar intermedio de PURIFICACIÓN donde van los que han sido SALVOS por los méritos de la Sangre de CRISTO y por el arrepentimiento de sus pecados, fíjense que digo los que han sido S A L V O S, muchos hermanos Protestantes creen que el purgatorio es el infierno de donde no hay salida ni oportunidad alguna de restauración, no, al purgatorio va los que han sido definitivamente salvados por los méritos de la Sangre de nuestro SEÑOR; pero tienen mucho de que responder como el hipotético caso del señor Castro, de este lugar no saldrá hasta que se haya purificado.
Tenemos que tener algo muy en cuenta para entender que es este proceso de purificación, cuando uno peca siempre causa daños a un tercero, muchas veces estos daños son muy serios y dolorosos. Siempre que uno se arrepiente el Señor perdona, pero este perdón lleva condicionado la Retribución, que es la Retribución? Es el restituir y subsanar el daño causado. Por ejemplo, yo me robo 10,000 dólares de una empresa y me arrepiento, pues tengo que retornar estos $ 10,000 a su dueño, no puedo arrepentirme, confesarme e irme a Cancún con el dinero! Eso es la retribución condicionada al perdon.Hay pecados que no pueden ser retribuibles, como el asesinato por ejemplo, de estos pecados no retribuidos y perdonados nos purificamos en el Purgatorio pues eso lo debemos a la santidad de Dios, me imagino que la misma alma estará deseosa de esta purificación.

2.. El purgatorio, tiene base Bíblica o es invento de los católicos?
La Iglesia Católica Apostólica Romana no inventa ninguna doctrina si no tiene una base Bíblica en :
Lucas 12,58-59
58 Cuando vayas, pues, con tu adversario al magistrado, procura en el camino desembarazarte de el, no sea que te entregue al juez, y el juez te ponga en manos del alguacil, y el alguacil te arroje en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás hasta que hayas pagado hasta él último OCHAVO.
Jesús hablando de las señales de los tiempos dice que tengamos cuidado del que no se nos arroje a la cárcel y no salgamos hasta pagar él ultimo OCHAVO, o sea si del infierno no se sale y no pagamos nada, tiene que existir un lugar donde se pague esta deuda y al mismo tiempo nos aconseja por el camino desembarazarte del adversario es importante pues vamos a ver más adelante que significa esto.

San Mateo 18,21-35
21Entonces se le acercó PEDRO y le preguntó: SEÑOR cuántas veces he de perdonar las ofensas de mi hermano? Hasta siete veces? 22 Jesús le contestó: Note digo siete, sino setenta y siete veces. 23 Por esto se asemeja el reino de los cielos a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos. 24 Al comenzar a tomarlas se le presentó uno que le debía diez mil talentos. 25 Como no tenia con que pagar, mandó el señor que fuese vendido el, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía y saldar la cuenta. 26 Entonces el siervo, cayendo de hinojo, dijo: Señor, dame espera y te lo pagaré todo. 27 Compadecido el señor del siervo aquel le despidió, perdonó la deuda y lo puso en libertad.
28 ² Pero al salir, aquel siervo se encontró con unos de sus compañeros que le debía cien dinares, y, agarrándolo intentaba ahogarlo al tiempo que decía: Paga lo que debes. 29 De hinojos le suplicaba su compañero, diciendo: Concédeme un plazo y te pagaré.30 Pero el se negó, y le hizo encerrar en la prisión hasta que pagara la deuda.31 Viendo esto sus compañeros, les desagrado mucho y fueron a contar a su señor todo lo que pasaba.32 Entonces solee llamar el señor y le dijo: Mal siervo, te condoné yo toda tu deuda porque me lo suplicaste.33 No convenía, pues que tuvieras tu piedad de tu compañero, como la tuve yo de ti? 34 E irritado, le entregó a los torturadores hasta que pagase toda la deuda.35 Así hará con vosotros mi PADRE celestial si no perdonare cada uno ha su hermano de todo corazón.

En este Capítulo de San Mateo 18,21-35 vemos como el Señor aclara en el versículo 23 que el reino de los cielos se asemeja a lo que va a exponer se refiere al Reino de los cielos y comienza la historia del hombre injusto y si vemos en el versículo 34 que lo entrega a los torturadores hasta que pague todo lo que debe, como en el cielo no puede haber "torturadores" y está hablando de este reino tiene que haber un lugar para los SALVADOS con algo de que purificarse adonde ir, este lugar es el Purgatorio, el que la SANGRE de CRISTO nos limpie de todo pecado y nos de la salvación evidentemente es el plan de DIOS , que en justicia paguemos el sufrimiento causado por el pecado.

Uno de los versículos mas contundentes sobre la fe de una purificación espiritual para los salvos que la necesitan la encontramos en . I Corintios 3: 9-15, dice la version Protestante Reyna Valera:

“9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 SI LA OBRA DE ALGUNO SE QUEMASE, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, AUNQUE ASI COMO POR FUEGO”



San Pablo nos habla de una purificacion por un fuego que al igual que en los metales quita las impuresas, este no puede ser el Infierno pues en el no hay purificacion ni retorno asi que aca se debe estar hablando del lugar que la Iglesia ha definido como Purgatorio.

EL POR QUE DE LAS MISAS Y ORACIONES A LOS DIFUNTOS

EL POR QUE DE LAS MISAS Y ORACIONES A LOS DIFUNTOS

La misa tiene un valor infinito pues es CRISTO nuevo y sumo sacerdote que se ofrece al PADRE e intercede por los hombres, esta intercesión de CRISTO nosotros la aplicamos al igual que las oraciones para que el Señor libere a estas alma del Purgatorio las lleve al cielo, si el alma esta en el infierno nuestras oraciones no sirven de nada, solo para las que están en espera de entrar en el reino de los cielos por ser definitivamente salvas, las indulgencias aplicadas a las almas del purgatorio se explican en el pasaje que el Señor le dice a PEDRO " Lo que ates en la tierra será atado en el cielo" luego la iglesia tiene el poder de desatar estas almas del Purgatorio y llevarlas al Señor, si nuestros hermanos protestantes no saben utilizar este poder dado por El mismo Señor, el cual no se contradice ni cambia de parecer la iglesia como el siervo astuto del evangelio si sabe para santificación de sus fieles.

La Tradición de la Iglesia, que se remonta a los primeros años del cristianismo, ya habla del Purgatorio y la conveniencia de orar por los difuntos. El mismo San Agustín, en el siglo IV nos lo recomienda cuando decía:

Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora. Una oración por su alma, la recibe Dios." San Agustín
Cuenta San Agustín que su madre Santa Mónica lo único que les pidió al morir fue esto: "No se olviden de ofrecer oraciones por mi alma”

Cuando a San Agustín le preguntaron: “¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?", y él le respondió: "Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él”



Muy conocida es también la oración de San Agustín por las almas del purgatorio:



“Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero; presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándoos a beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza. Librad, Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como habéis padecido por nosotros, a las almas del Purgatorio de las penas en que están; llevadlas a descansar a vuestra santísima Gloria, y salvadnos, por los méritos de vuestra sagrada Pasión y por vuestra muerte de cruz, de las penas del infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino, adonde llevasteis al buen ladrón, que fue crucificado con Vos, que vivís y reináis con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.” San Agustín



Una de las explicaciones que San Agustín basándose en las Escrituras de la doctrina del purgatorio fue:



"algunos pecadores no son perdonados ni en este mundo o en el próximo "que a algunos pecadores no se les perdonarán sus faltas ya sea en este mundo o en el próximo no se podría decir con verdad a no ser que hubieran otros (pecadores) quienes, aunque no se les perdone en esta vida, son perdonados en el mundo por venir." San Agustín



Muy similar a la explicación de San Gregorio Magno:



"Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso". San Gregorio Magno



Realmente hay referencias al purgatorio incluso de mucho tiempo atrás. En el relato de la Pasión de Santa Tecla y Santa Felicidad (ANF,III:701-702), escrito en el año 202 se habla del purgatorio. Clemente de Alejandría también lo hace ese mismo año en su explicación de que consiste el purgatorio (Stromata,6:14,in ANF,II:504). E incluso antes de esa fecha, en el año 160 leemos en los Hechos de Pablo y Tecla una petición de intercesión para que una cristiana fallecida fuera trasladada el lugar de los justos (ANF,VIII:490)

También hay referencias de Tertuliano en “De corona militis” donde menciona las oraciones para los muertos como una orden Apostólica y en "De Monogamia" (cap. x, P. L., II, col. 912) y aconseja a una viuda "orar por el alma de su esposo, rogando por el descanso y participación en la primera resurrección"; además, le ordena " hacer sacrificios por él en el aniversario de su defunción,"



La explicación de Orígenes también es muy clara:



"Porque si sobre la base de Cristo, haz construido no sólo oro y plata sino piedras preciosas (I Cor., 3); sino también madera, caña o paja ¿qué es lo que esperas cuando el alma sea separada del cuerpo? ¿Entrarías al cielo con tu madera y caña y paja y de este modo manchar el reino de Dios? ¿ o en razón de estos obstáculos podrías quedarte sin recibir premio por tu oro y plata y piedras preciosas? Ninguno de estos casos es justo. Queda entonces, que serás sometido al fuego que quemará los materiales livianos; para nuestro Dios, a aquellos que pueden comprender las cosas del cielo está llamado el fuego purificador

Pero este fuego no consume a la criatura, sino lo que ella ha construido, madera, caña o paja. Es manifiesto que el fuego destruye la madera de nuestras trasgresiones y luego nos devuelve con el premio de nuestras grandes obras." (Origenes P. G., XIII, col. 445, 448).



Lo mismo San Cirilo de Jerusalén (313–386 d.C):



“Entonces oramos por los Santos Padres y Obispos que han muerto; y brevemente por todos aquellos que han dejado esta vida en nuestra comunión; creyendo que las almas de aquellos por quienes oramos reciben un gran alivio, mientras esta santa y tremenda víctima yace en el altar." San Cirilo de Jerusalén (Catechet. Mystog., V, 9, P.G., XXXIII, col. 1116)



San Gregorio de Niza (334-394 d.C) declara:



“Cuando el renuncia a su cuerpo y la diferencia entre la virtud y el vicio es conocida, no puede acercarse a Dios hasta no haber purgado con fuego que limpia las manchas con las cuales su alma está infectada. Ese mismo fuego en otros cancelará la corrupción de materia y la propensión al mal". San Gregorio de Niza (P. G., XLVI, col. 524, 525)



En la misma época la Constitución apostólica en los formularios usados para recorrer a los muertos dice:

"Oremos por nuestros hermanos que durmieron en Cristo, que Dios en su amor por los hombres reciba el alma del que partió y le perdone todas sus faltas, y por misericordia y clemencia lo reciba en el seno de Abraham, junto con aquellos que, en esta vida, han agradado a Dios" (P. G. I, col. 1144).


En las catacumbas o cementerios de los primeros cristianos, hay aún esculpidas muchas oraciones primitivas, lo que demuestra que los cristianos de los primeros siglos ya oraban por sus muertos. Del siglo II es esta inscripción: «Oh Señor, que estás sentado a la derecha del Padre, recibe el alma de Nectario, Alejandro y Pompeyo y proporciónales algún alivio». Tertuliano (año 160-222) dice: «Cada día hacemos oblaciones por los difuntos». San Juan Crisóstomo (344-407) dice: «No en vano los Apóstoles introdujeron la conmemoración de los difuntos en la celebración de los sagrados misterios. Sabían ellos que esas almas obtendrían de esta fiesta gran provecho y gran utilidad» (Homilía a Filipo, Nro. 4).


Otro hecho que contribuyo a la practica de orar por los difuntos fue que en la Iglesia primitiva se pensaba que después del bautismo los pecados no eran perdonados, por ese motivo las personas de vida irregular atrasaba su bautismo hasta la hora de su muerte (ej. Constantino) más tarde en el siglo III (252) y bajo el pastoreo del Papa Calixto I se definió tras escudriñar las escrituras que después del bautismo si se tenían bases para asegurar que por los méritos de la Sangre de JESÚS los pecados podían ser perdonados, menos la blasfemia al ESPÍRITU SANTO, esto ocasionó otra controversia … el pecado era perdonado; pero que pasaba con los daños causados a otros por estos pecados cometidos después del bautismo y con plena conciencia del mal?…
Aquí fue y basado en Mateo 18, 21-35 que la Iglesia asistida por el ESPÍRITU SANTO definió que existía un lugar donde los salvos purgaban o se purificaban por el daño ocasionado a otros por el pecado cometido después de la conversión y no retribuido.